Entre Nos, por Alfredo Ponce //
Y resulta que algún iluminado, decidió, que para terminar con la pandemia de coronavirus, había que aniquilar socialmente a todos los que tuvieran 60 años o más y de repente, con la brillantez que deciden los políticos, sobre las políticas públicas, prohibieron que a cualquier lugar público, pueda entrar una persona por cuestiones de edad.
La DISCRIMINACIÓN, es una de las muestras mas importantes de decadencia de una sociedad, pero, apoyar el pensamiento retrógrado de alguien, que es simplemente un empleado del pueblo, es una traición a la sociedad. Lo peor del caso, es que nadie dice nada, nadie sale a la calle a gritarle a los políticos que toman semejantes decisiones, la desaprobación a sus actos, nadie está dispuesto a hacer una verdadera resistencia social, por asuntos sociales, nos politizan de tal forma, que nos hacen pensar que somos expertos en la construcción de aeropuertos, de trenes o de refinerías, pero nadie concientiza, sobre las cosas, que verdaderamente son muestras dictatoriales de gente negligente y prepotente, para tomar decisiones.
DOÑA MARTITA, NO PUEDE PAGAR LA LUZ
La prisa me lleva a detenerme en un Oxxo, para comprar un refresco y algún alimento que mate mi hambre, en la puerta, casi no advertí que había una señora parada, de repente, quizá la inconciencia, me hizo pensar que era alguien que estaba pidiendo una ayuda económica, de esas situaciones a las que normalmente volteamos la cara hacia otro lado, como para olvidar el gran problema social y económico que tenemos. Pero no, la señora se dirige atenta y educadamente a mi y me dice, joven, joven, ¿me puede hacer un gran favor? Es que no me dejan entrar y quiero pagar mi cuota de electricidad, es que ya tengo 65 años y está prohibido que entre a la tienda.
En verdad me desarmó, doña Martita, luce fuerte y vive sola, no tiene nadie en su casa para que le haga los mandados, sus hijos tomaron la decisión de irse a los Estados Unidos a perseguir el sueño americano y son de esos grandes mexicanos, que se parten el lomo toda la semana y que mandan sus remesas para nuestro país, son del grupo al que debemos agradecer, que el país tenga su ingreso mas importante, son los que nos generan el circulante más grande que hay en la nación, por arriba del petróleo, del turismo o de cualquier industria, pero, gracias a los iluminados políticos, su madre se puede quedar a oscuras, porque no ha podido pagar la luz.
Con todo gusto tomo la tarjeta y trato de ingresar al local y una persona en la puerta me pide identificación, con fecha de nacimiento, como si fuera un chiquillo que va a entrar al antro. Qué triste, que no hagamos nada ante estas situaciones. No pueden aniquilar al pueblo, encerrarlo, porque tuvo la dicha de cumplir 60.
SIN LA MENOR IDEA
La información es cruel, dice el lector de noticias en la pantalla de la televisión, que sobrepasamos las 1,800 defunciones este día, sin lugar a dudas, la tragedia sigue aumentando, el coronavirus anda como Pedro por su casa y nadie sabe ni tiene idea de cómo detenerlo, algunos ilusos piensan que con el mito de la vacuna, mañana podrán salir a la calle y todo volverá a ser igual que antes. Pero ni siquiera sabemos como reacciona la inmunidad post vacuna, porque ya hemos visto que su “choro” de inmunidad de rebaño, no funcionó en esta enfermedad. Hay mucha gente que se enfermó ya y vuelve a contagiarse, como dejando claro que la formación de anticuerpos defensores, posteriores a la enfermedad, no funcionan, como se supone que debería funcionar. No queremos entender, que estamos ante una enfermedad diferente, ante un virus que no funciona como dicen los libros, ante una arma letal que nos puede matar de diferentes formas, a las que estábamos acostumbrados. La situación no para, muy pronto llegaremos a los dos mil fallecidos diarios y el barco sigue sin timón.
COLAPSO EN ASCENSO
En varios estados de la república, no hay camas disponibles y vemos las filas de las ambulancias en la puerta de la sala de emergencia. No hay tanques de oxígeno. No hay equipos de investigadores científicos, que estén bien organizados por el gobierno y que nos estén dando informes de sus avances y conclusiones, peor tantito, no hay siquiera espacio en los crematorios y ante esta situación, en estados como Jalisco, se toman decisiones claramente incongruentes. Los restaurantes llenos, los transportes públicos atascados, sigue habiendo fiestas particulares, bodas, antros escondidos y todavía se piensa, que evitando la entrada a plazas y servicios a personas de 60 años o más, se va a detener el contagio, como si fueran estas personas los responsables de la gran catástrofe social que estamos viviendo. Increíble y mientras tanto, no hay líderes sociales que levanten la voz ante tal injusticia. Grrrrr, encabritado, lo que le sigue.
Nos encontramos en cualquier momento.
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