Entre Nos, por Alfredo Ponce //
Juan se fue hace 7 años a la aventura, llevaba solo una mochilita con el escudo de las Chivas, dejaba a sus padres viejos y enfermos en Coquimatlán, su esposa y dos pequeños hijos de 5 y 3 años de edad sentían que se les rompía el corazón al verlo partir. Había juntado 3 mil pesos con sangre, sudor y lágrimas trabajando en los campos de Tecomán y eso era todo su patrimonio.
Su compadre Jorge le mandaba mensajes por el celular, diciéndole que en el estado de Washington había trabajo y sacaban para vivir y para mandar dinero a la familia. El trayecto fue difícil, a veces trágico, sin embargo, lo había logrado, trabajaba 18 horas diarias, primero desde las 6 de la mañana en la construcción y cuando salía se iba a lavar platos a un restaurant.
La vida era dura pero ganaba sus centavitos y le mandaba a su familia, su dinero era parte de las benditas remesas que llegan a los 4 mil millones de dólares al mes que inyectan circulante a la economía de un país, lleno de agujeros en su economía. Sus padres habían empeorado su estado de salud y de repente en febrero de 2020, se había acabado el trabajo. Los restaurantes estaban cerrados y la construcción se detuvo, por eso tomó la decisión de regresar, de venir a su tierra a tratar de poner un negocito, él sabia hacer escobas y pensaba poner un taller a ver si la fortuna le sonreía, pero sobre todo, quería ver crecer a sus hijos y estar cerca de los viejos.
La última caseta había quedado atrás, ya se podía percibir el olor de la querencia, quedaba atrás el letrero de los limites de Jalisco con Colima, cuando de pronto un retén policiaco lo detenía para pedirle pruebas documentales que vivía en el estado de Colima, las cuales evidentemente no tenía, ni INE, ni licencia, ni recibo de teléfono ni nada. Las súplicas no fueron suficientes, la prepotencia de un tipo terminó por hablarle a los militares, a los policías federales y a la municipal, para que metieran en cintura al pobre Juan, que con lágrimas en los ojos les suplicaba que lo dejaran pasar, pero no había clemencia, no había crédito a la palabra, la orden fue tajante, regrésate, no puedes entrar al territorio libre y soberano de Colima.
¿Y LA LEYES APÁ?
La Constitución Mexicana de 1917, consagra el derecho de toda persona a transitar y residir libremente en el territorio de la república y señala de forma tajante: toda persona, tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes. Luego entonces, nos quedamos perplejos al ver que en este país cada quien hace lo que se le pega la gana.
De acuerdo estoy en que estamos viviendo un momento de emergencia sanitaria, pero esto no es suficiente para que se pasen la Constitución por el arco del triunfo. ¿Desde cuándo se rompió el pacto federal?. Los estados no son independientes, ahora resulta que la hermana república de Colima emitirá un pasaporte para que ingresen solo sus habitantes, sin darse cuenta que Colima aislado es uno de los estados mas vulnerables del país, es uno de los estados con menor desarrollo económico, entonces, ¿qué pretenden con estas reglas? Lo más peor, diría el ranchero, es que con la presencia del Ejército y de la Policía Federal, las autoridades federales están avalando esta medida y no pueden eludir su responsabilidad, diciendo que es una acción del estado que ellos no comparten.
INCONFORMIDAD DEL PUEBLO
La gente, el pueblo, la ciudadanía o como usted lo quiera llamar, está perfectamente consciente de todos los problemas que tiene nuestra patria. Los vivimos día a día, sabemos que todo es causado por un periodo de latrocinios de los gobiernos del pasado, pero a final de cuanta, como decía Rómulo, ya lo pasado, pasado y el gobierno actual, tiene que ser congruente y meter en cintura a los que se salgan del redil. No se vale que a Juan lo hayan dejado durmiendo en la carretera, hasta esperar un milagro, mientras hace apenas unos días, se llenaban la boca gritando el respeto a los derechos humanos y dejando transitar por toda la patria, a las caravanas de migrantes, argumentando que somos un país que respetamos el libre tránsito de las personas. Entonces, en qué quedamos, candil de la calle y oscuridad de su casa.
La gente ya no quiere quejas del pasado, quiere realidades del presente, quiere acciones, quiere claridad, quiere transparencia y si es cierto que el Presidente sigue teniendo la aprobación del 70 por ciento de la población, se tienen que dar cuenta que el resto de los funcionarios, incluyendo su equipo cercano de trabajo no son igual de apreciados por el pueblo. Es urgente que se meta en cintura a todos y como el chiste decía, dijeron que a todos, incluyendo a los gobernadores, presidentes municipales, congresistas y burócratas de todos los niveles.
Ya basta de darles por su lado a los que andan con el petate del muerto, de que se van a independizar de la República y que van a terminar con el pacto federal. México somos todos y no vamos a permitir que nadie se aproveche y nos separe como nación.
Nos encontramos en una semana.
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