Entre Nos, por Alfrerdo Ponce //
El 1 de julio de 1928, el Presidente Elías Calles, emitió un decreto para la creación del primer escuadrón de Agentes Vigilantes de la Oficina de Tránsito, que estaba formado por 53 agentes, bajo el mando del general Alfredo Serratos Amador. Esta agrupación quedaría integrada a la Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas.
Después, fue policía de Caminos, Federal de Caminos, dependió de la Secretaría de la Defensa Nacional en su organización, posteriormente, Policía Federal Preventiva dependiente de Segob.
Se ha pretendido que este sea un cuerpo policiaco de élite, con estudios de alto nivel y con la mejor capacitación posible para resolver los asuntos de seguridad, de mas alta importancia en la sociedad mexicana.
Sin embargo, es de esas instituciones que se han modificado dependiendo de los caprichos de los gobernantes en turno. Sus actividades, siempre han estado un poco a merced de lo “que se vaya ofreciendo”. El país, sigue viviendo en un ambiente de tremenda inseguridad y todos sabemos de historias de corrupción en éste, como en otros cuerpos policiacos. Hoy es momento de acomodar la casa y este “cuerpo de élite” no quiere perder sus privilegios, se levantan en contra de las órdenes superiores y piden que los represente en sus negociaciones un ex presidente, que aunque públicamente se desliga de esta relación, pone en evidencia que hay una “mano que mece la cuna”, pero no solo en este asunto, sino en muchos mas.
PROBLEMAS GRANDES, SOLUCIONES RADICALES
Ninguna instancia policiaca ha podido enfrentar el problema de inseguridad y dar resultados. Los muertos, los desaparecidos, los feminicidios, los secuestrados son voces ahogadas de la sociedad que exigen que se haga algo. El plan está hecho y comandado por Alfonso Durazo, que tiene capacidad y honorabilidad para llevarlo a cabo. El ejército debe volver a sus cuarteles, pero cuando existan las condiciones para tener un cuerpo de seguridad pública, a nivel nacional, que sea confiable. Parece sensato el plan, pero “no hay varitas mágicas”, la Guardia Nacional, requiere primero de un marco legal, posteriormente de su integración, organización y adecuada operación. No se puede “sacar de la manga del mago”, 82 mil elementos para cubrir las 150 regiones en las que la estrategia de seguridad ha organizado la nación.
No podemos esperar a que esos elementos, se vayan formando en una nueva escuela de policía, se tiene que echar mano de lo que hay. Hasta aquí, todo es entendible.
POLICIAS FIFI
Cuando las responsabilidades, las obligaciones, los resultados no van de la mano de los derechos y las percepciones, las cosas no salen como deberían. La que se ha considerado la élite de las policías de la nación, no ha dado resultados, pero sí ha recibido los mejores tratos en todos los aspectos. Al grado que hay policías en municipios de México que ganan una cuarta parte de lo que ganan los federales y arriesgan su vida al mismo nivel y dan los mismos malos resultados los dos. A la hora de recibir la propuesta de integrarse a un nuevo sistema, en donde los elementos de la federal pasen a la guardia nacional, ya no les gusta ser servidores de la nación, porque evidentemente se acaban los uniformes bonitos, los zapatos caros, las patrullas nuevas, los horarios especiales y los “beneficios que les ha dado la revolución”. Lo dijo un servidor público y quizá no debía haberlo dicho, explotaron cuando en lugar de dormir en un hotel, se encontraron con una litera en un cuartel improvisado.
LOS ABUSOS DEL PODER
Don Raúl, ha sido hotelero toda la vida, pero desgraciadamente, por la inseguridad, un día el gobierno decidió enviar un destacamento de policías federales a la localidad donde tiene sus negocios. Al principio las cosas parecían interesantes, los policías federales se hospedarían en sus instalaciones y así aseguraba una ocupación completa por lo menos por seis meses. Todo parecía vida y dulzura, hasta que los pagos no llegaron nunca, su propiedad se convirtió en un cuartel en donde ni él podía entrar y el edificio fue poco a poco dañado, sin posibilidad de darle mantenimiento porque no llegaban los pagos de las oficinas centrales y “alégale al ampáyer”.
Así se han dado muchos abusos en el pasado por no hacer las cosas bien planeadas, por no tener cuarteles para los policías, pero también porque los policías primero exigían sus derechos a vivir confortablemente aunque no dieran resultados. Esto lo podemos ver en Guerrero, en Michoacán o en Tamaulipas y la inseguridad todos los días es peor y los señores uniformados, siguen viviendo como reyes, porque siempre están primero sus derechos que sus obligaciones con la sociedad.
O SE ACLIMATAN O NOS AFECTAN
Hoy, con más de 38 mil elementos organizados en divisiones que son, seguridad regional, fuerzas federales, investigación, inteligencia, antidrogas, científica, gendarmería, secretaria general y asuntos internos, pareciera que el monstruo ha crecido demasiado, aquellos 53 agentes de 1928, se han multiplicado pero no dan seguridad a la sociedad. Hoy no quieren integrarse a la guardia nacional, porque quieren conservar todos sus beneficios. ¿Y la sociedad? Que se siga aguantando, ellos quieren vivir bien.
Hasta la Próxima.
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