Las agencias de inteligencia que investigan misteriosos «ataques» que provocaron lesiones cerebrales en el personal de Estados Unidos en Cuba y China consideran que Rusia es el principal sospechoso, informaron a NBC News tres funcionarios estadounidenses y otros dos al tanto de las investigaciones.
La sospecha de que Rusia está detrás de los supuestos ataques está respaldada por evidencia de comunicaciones interceptadas, conocidas en el mundo de los espías como señales de inteligencia, acumuladas durante una larga y continua investigación que involucra al FBI, la CIA y otras agencias de EEUU. Los funcionarios se negaron a dar detalles sobre la naturaleza de la información de inteligencia.
Sin embargo, la evidencia aún no es lo suficientemente concluyente para que EEUU culpe formalmente a Moscú por los incidentes que comenzaron a fines de 2016 y continuaron en 2018, causando una gran ruptura en las relaciones entre Cuba y EEUU.
Desde el año pasado, el ejército de Estados Unidos ha estado trabajando para analizar la ingeniería inversa del arma o las armas utilizadas para dañar a los diplomáticos, de acuerdo con funcionarios de la administración Trump, asesores del Congreso y otros informados sobre la investigación, incluso probando varios dispositivos en animales.
Como parte de ese esfuerzo, EEUU recurrió a la Fuerza Aérea y su programa de investigación de energía dirigida en la Base de la Fuerza Aérea Kirtland en Nuevo México, donde el ejército posee láseres gigantes y laboratorios avanzados para probar armas electromagnéticas de alta potencia, incluidas microondas.
Aunque EEUU cree que sofisticadas armas con base de microondas u otro tipo de arma electromagnética probablemente se utilizaron en los empleados del gobierno de EEUU, también están explorando la posibilidad de que se hayan usado una o más tecnologías adicionales, dijeron funcionarios y otros involucrados en la investigación.
Estados Unidos ha informado que 26 empleados del gobierno resultaron lesionados en ataques inexplicables en sus hogares y hoteles en La Habana a fines de 2016, causando lesiones cerebrales, pérdida de audición y problemas de cognición, equilibrio, visión y audición.
Extraños sonidos escuchados por los trabajadores inicialmente llevaron a los investigadores a sospechar de un arma sónica, pero el FBI luego determinó que las ondas de sonido por sí mismas no podrían haber causado las lesiones.
Este año, a un empleado estadounidense en China se le diagnosticaron síntomas similares después de escuchar sonidos extraños en Guangzhou, y se están investigando más empleados en China.
l motivo preciso sigue sin estar claro, pero los incidentes han abierto una brecha entre Estados Unidos y Cuba que ha llevado a Washington a retirar a la mayoría de sus diplomáticos y espías de la isla.
Al comienzo de la investigación, altos funcionarios estadounidenses plantearon la posibilidad de que las enfermedades fueran consecuencias involuntarias de alguna nueva tecnología de espionaje. Pero el hecho de que los incidentes continuaron mucho después de que se conocieran públicamente ha puesto en duda la posibilidad de que el daño haya sido accidental.
En un testimonio ante el Congreso la semana pasada, los funcionarios del Departamento de Estado coincidieron en que los incidentes deberían considerarse «ataques».
Más historias
Concluyó la semana #14 de la NFL🏈, mi resumen:
Concluyó la semana #12 de la NFL🏈, mi resumen:
Concluyó la semana #11 de la NFL🏈, mi resumen: