Los escritores Rogelio Vega y Cecilia Magaña ofrecieron la charla “Consultorio literario de Varia Invención y Confabulario”, en donde coincidieron en que Juan José Arreola propuso una nueva poética y construía un diccionario con nuevas palabras en cada cuento.
Como parte de los festejos para celebrar el centenario de Juan José Arreola, luego de que este viernes 21 de septiembre se cumplirán 100 años del natalicio del escritor zaplotense, se realizó este consultorio literario con el apoyo de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA.
En el Ex Convento del Carmen de esta ciudad, Cecilia Magaña y Rogelio Vega hicieron una retrospectiva de dos de los libros más emblemáticos del autor de Zapotlán el Grande: Varía invención y Confabulario.
Magaña resaltó que el escritor fue un excelente narrador y uno de los cuentistas más modernos de su época, incluso muy “adelantado” al visualizar el futuro con ideas que ahora se viven actualmente. “Arreola merece un lugar muy querido en nuestro corazón y es que es jalisciense”, dijo.
Destacó que en el libro Varia Invención, Arreola narra una historia para manejar una anécdota subterránea y es que sus obras siempre fueron “una varia invención” con formatos teatrales y radiofónicos para ofrecer al lector “un cuento que no parecía cuento”.
Añadió que Arreola era absolutamente crítico, irónico y divertido, de tal forma que sus libros atrapan al lector, ya que una de sus magias era hacer reír por un lado y por el otro señalaba realidades concientizadoras.
Por su parte, Rogelio Vega dio lectura de una carta que él dedica a Arreola en la que cuenta cómo fue su primer contacto con el escritor de Zapotlán el Grande y la forma en la que se emocionó al leer sus primeros cuentos.
“Arreola construye sus textos y no nos da reglas inmediatas”, afirmó Rogelio Vega, quien añadió que siempre quería ir más allá de lo clásico en su época, hacía una nueva poética en la que ofrecía figuras que no existían, con subtextos que llevaban a una realidad.
Magaña, al comparar las personalidades de Juan Rulfo y Juan José Arreola, consideró que ambos eran figuras que no estaban preocupadas por estar en el Facebook sino que se dedicaban a su trabajo que era escribir, muchas historias las dejaban en sus cajones y sólo nos dieron a conocer lo que les parecía compartible.
“Yo no creo en esa falsa humildad de que escribían poco, pienso que escribían mucho pero únicamente nos compartieron sus juguetes del lenguaje perfectos”, apuntó.
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